Osteopatía

Osteopatía

combinación de la palabra griega “osteo” o hueso y de palabra griega “pathy” que significa sentir.

La osteopatía es un acercamiento diagnóstico y terapéutico manual a las disfunciones de movilidad articular y tisular en general, en lo que concierne a su participación en la aparición de las enfermedades.

  • El espíritu, el cuerpo, y la mente son un conjunto indivisible
  • Tratar al paciente, no al síntoma
  • La estructura y la función son intedependientes
  • Favorecer la tendencia y la capacidad del cuerpo para el autotratamiento
  • “El movimiento, esto es la vida” Lucas Championnière 1850.
  • “La osteopatía: una terapia holística”
  • La estructura controla la función
  • La unidad del cuerpo
  • La autocuración
  • La ley de la arteria

En CLÍNICA EQUILIBRIO tratamos una serie de técnicas manuales dirigidas a los tejidos identificados como patológicos en el diagnóstico funcional osteopático, clasificándolas en 3 grandes grupos, hablamos de:

Osteopatía Estructural

Dirigida al sistema musculoesquelético, donde aplicamos diversas técnicas adaptadas a cada disfunción, a cada tejido, a cada paciente, dándose durante la sesión de tratamiento, un continuo análisis y un continuo decidir del Osteópata, sobre qué técnica aplicar.

Osteopatía Visceral

Orientada a actuar sobre los tejidos que participan en las funciones de las vísceras, las membranas fibrosas en relación, los músculos, los diferentes planos de deslizamiento entre los órganos, los vasos sanguíneos, los nervios, todos los tejidos que aseguran el funcionamiento orgánico, deben estar libres en su paso anatómico, lo que no siempre ocurre y que puede ser debido a adherencias, tracciones miofasciales que dificultan la normal movilidad de las vísceras. Las técnicas manuales viscerales ayudan a liberar interrupciones en el flujo de movilidad, lo que ofrece al organismo una base funcional más útil, productiva y saludable.

Osteopatía Craneal

Actuando también mediante técnicas manuales, liberan y facilitan la micromovilidad del cráneo y el conjunto de la relación craneosacra a través de las membranas meníngeas y el papel del líquido cefalorraquídeo. Algunas consecuencias de alteraciones posturales, traumatismos, desequilibrios musculares etc, pueden afectar a nervios craneales, arterias, glándulas y otros tejidos, a su paso por orificios craneales o en el interior mismo, lo que puede provocar neuralgias, dificultades de visión, audición, alteraciones de algunas funciones glandulares, vértigos, migrañas, e incluso a través del sistema nervioso vegetativo, trastornos digestivos, respiratorios, vasculares etc.

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