
Decálogo de la embarazada feliz. 2
- Publicado por lauragarcia
- On marzo 6, 2017
- 0 Comentarios
- blog, clínica, embarazo, equilibrio, felicidad, fisioterapia, osteopatía, salud
RESPIRA, PREGUNTA Y ACTUA EN EQUILIBRIO
Respira, llénate de aire, pregunta y decidas lo que decidas, que te haga sentir bien y relajada.
En mi primer embarazo y primera visita al ginecólogo oficial, que asistiría mi parto, fui con 200 millones de preguntas en la cabeza, apuntadas en dos listas, una en el teléfono y otra en papel para que no se me escapara nada. “Neuroticaaaaaa”, pensé para mis adentros. Bien, la primera pregunta que le hice fue: ¿Puedo beber alcohol? (entended que sabía de embarazos lo que un autobusero de repostería). Puse la típica cara de niña pequeña que espera recibir un rapapolvo por haber hecho algo mal…y ¡tachán!, el gine ni se movió, pero no por el espanto de la pregunta, sino por la normalidad de la misma.
Y pronunció un perfecto y audible: “Sí”. A lo que matizó: “bebe un vino cuando te dé la gana y una cerveza cuando te apetezca, por supuesto nada de cubatas y haz las cosas con normalidad”. Según había terminado pensé: “el cuerpo de Cristo, Amén”. E incluso me dijo que si no quería dejar de fumar que no lo dejase. A esto último me cuestioné que si me había equivocado de ginecólogo. Enseguida me di cuenta de que no, que esa persona era normal y que trataba a las embarazadas como gente normal y no como especímenes raros que tienen que dejar de hacer todo lo maravilloso que hay en esta vida.
Es cierto que cada una tiene un concepto de lo que se debe o no se debe hacer. Con esto no quiero que nadie piense que animo ni a fumar ni a beber en los embarazos, por supuesto que no se ha demostrado que tenga efectos positivos, más bien lo contrario. Con este ejemplo animo que no todo es restricción, a que si un día te apetece saltarte la norma (y digo un día y no los nueve meses) hazlo. Pero hazlo con normalidad. Siéntete bien por ello. Además, la satisfacción y el relax de las cosas que nos gustan vienen motivados por diferentes cosas, gustos y situaciones. Aunque a veces hagas las cosas un poquito mal.
Después de respirar profundo un día probé, me senté en un bar con mi panza, pedí una cerveza, encendí un cigarro y respiré pensando que tal satisfacción y carencia de preocupaciones por lo que dijeran los demás frente a esa estampa, no podría hacerle sino bien al bebé, aunque me estuviera saltando la norma y supiera que lo estaba haciendo un poquito mal. Y no me sentí mal, lo prometo. Más bien lo contrario. Ahora, eso sí, la segunda y la tercera cerveza nunca las tomé. A veces tampoco es malo quedarse con ganas…
Este ejemplo es aplicable a todo aquello que te haga sentir bien. Muchas veces no se trata de que las cosas sean buenas o malas, si no del bienestar y equilibrio con el que nos sintamos al hacerlas.
Marta Baños
0 Comments